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PLAZOS FIJOS BANCARIOS: LA INVERSIÓN SEGURA EN ARGENTINA

Descubrí cómo los plazos fijos bancarios en Argentina pueden ser una estrategia efectiva para hacer crecer tu dinero con seguridad y previsibilidad.

¿Qué son los certificados de plazo fijo?


En el contexto argentino, donde la inflación y la volatilidad son parte del paisaje económico, encontrar un instrumento financiero estable es vital. Ahí es donde entran los certificados de plazo fijo —o simplemente “plazo fijo”, como se les conoce popularmente—, una opción clásica que sigue vigente en el repertorio de los bancos locales.


Un plazo fijo es un producto financiero en el que depositás una suma de dinero en un banco por un período determinado, durante el cual no podés retirarlo sin penalizaciones. A cambio, el banco te paga una tasa de interés previamente acordada. Es como prestarle plata al banco, pero con devolución garantizada y un plus al final.


Características clave de los plazos fijos:


  • Monto mínimo: En Argentina, el monto mínimo suele ser de $1.000, lo que permite a pequeños ahorristas acceder a esta herramienta sin grandes barreras de entrada.


  • Plazo predeterminado: Podés elegir entre plazos desde 30 hasta 365 días, siendo los de 30 días los más comunes. Es como un “freezer” para tu dinero por un mes o más.


  • Tasa fija: Durante el plazo pactado, la tasa no varía, lo cual te da previsibilidad. En momentos de inflación, esta tasa suele actualizarse mes a mes por el BCRA.


  • Disponibilidad online: La mayoría de los bancos argentinos permite constituir plazos fijos desde homebanking o apps móviles, con operaciones 100% digitales.


Invertir en un plazo fijo es ideal si no necesitás usar ese dinero en el corto plazo. Pero ojo, si lo sacás antes de tiempo, perdés los intereses y, en algunos casos, hasta parte del capital. Es una inversión que premia la paciencia, más que la adrenalina.


Si estás buscando proteger tus ahorros del vaivén económico argentino sin arriesgarte en instrumentos complejos o volátiles, el plazo fijo puede ser tu primer paso en el mundo de las finanzas personales. Tranquilo, que no hace falta ser economista para aprovecharlo.


Ventajas y limitaciones del plazo fijo


El plazo fijo es la inversión más utilizada por los argentinos conservadores. Pero, como cualquier herramienta financiera, tiene su lado A y su lado B. Acá te lo resumimos sin vueltas.


Ventajas del plazo fijo:


  • Seguridad total: Está regulado por el Banco Central y cuenta con respaldo oficial. No hay sorpresas.


  • Tasa conocida: Desde el momento en que depositás, sabés cuánto vas a ganar. Nada de “ver qué pasa con el dólar”.


  • Facilidad de uso: No necesitás saber de finanzas ni seguir el mercado. Un par de clics y listo.


Limitaciones del plazo fijo:


  • Falta de liquidez: No podés tocar ese dinero hasta el vencimiento. Ideal para disciplinarte, pero no tanto si se presenta una emergencia.


  • Rendimiento limitado: Si la inflación supera la tasa de interés, técnicamente estás perdiendo poder adquisitivo.


Entonces, ¿conviene o no? Depende de tus objetivos. Si necesitás proteger tu capital en el corto plazo sin correr riesgos y no necesitás acceso inmediato a ese dinero, el plazo fijo es una opción sólida. Pero si estás pensando en crecimiento a largo plazo o en ganarle a la inflación, vas a necesitar diversificar tu estrategia.


El plazo fijo sigue siendo una opción preferida por quienes buscan rendimientos simples y previsibles en un entorno cambiante.

El plazo fijo sigue siendo una opción preferida por quienes buscan rendimientos simples y previsibles en un entorno cambiante.

Tipos de plazos fijos disponibles


En el sistema financiero argentino existen varias modalidades de plazo fijo, cada una pensada para diferentes perfiles y necesidades. Acá te mostramos las más populares.


Plazo fijo tradicional:


Es el más conocido. Invertís un monto determinado por un plazo específico (generalmente 30 días) a una tasa de interés fija. Ideal para quienes buscan estabilidad y no piensan tocar esa plata en el corto plazo.


Plazo fijo UVA:


Está indexado a la inflación (medido por las Unidades de Valor Adquisitivo). Ofrece protección contra la suba de precios, aunque el capital queda inmovilizado por un mínimo de 90 días. Requiere paciencia, pero puede ganarle al IPC.


Plazo fijo precancelable:


Similar al UVA, pero te permite retirar la plata antes del vencimiento con una tasa menor. Es un híbrido entre seguridad e inmediatez. Muy elegido en contextos de incertidumbre.


Plazo fijo en dólares:


Destinado a quienes ya tienen dólares y quieren generar un pequeño rendimiento extra en esa moneda. Ojo, la tasa es bajísima y la disponibilidad limitada por regulaciones.


Cada tipo de plazo fijo tiene su función en una estrategia financiera. La clave está en combinar según tus necesidades, objetivos y tolerancia al riesgo. Recordá: en finanzas, no hay recetas mágicas, pero sí decisiones bien informadas.


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